A la hora de afrontar un trabajo de limpieza, hay que tener en cuenta que la limpieza tiene tres niveles en función de la profundidad del proceso: descontaminación, desinfección y esterilización.
Descontaminación
La suciedad suele ser portadora de gérmenes. La descontaminación consiste en retirar todo tipo de residuos, polvo y suciedad que pueda haber en el espacio que se quiere limpiar. Esto reduce a la mitad la cantidad de gérmenes, pero no los elimina por completo. Es el nivel más superficial de la limpieza, siendo recomendable en lugares propensos a ensuciarse, como un taller mecánico, o lugares que no requieran una desinfección exhaustiva por el riesgo de contagio que podrían suponer, como zonas residenciales u oficinas.
Desinfección
La acción de desinfectar es el segundo nivel de la limpieza. No se trata de una limpieza completamente exhaustiva, como supondría la esterilización, pero sí reduce la cantidad de gérmenes presentes a, aproximadamente, una quinta parte. Es un saneamiento integral que requiere de técnicas y productos específicos.
La finalidad de la desinfección es eliminar la presencia de microorganismos patógenos que puedan ser origen de enfermedades, especialmente en ambientes sensibles, como los hospitales. Es por esto que la limpieza debe ser metódica y debe seguir un plan de actuación que estipule los métodos y las técnicas adecuadas.
A la hora de desinfectar, además, siempre se deben emplear productos químicos recomendados para cada zona o superficie. Estos deben contar con una función antiséptica que actúe sobre las zonas a limpiar y al mismo tiempo tienen que ser inocuos para las personas. Es preciso respetar las indicaciones referentes al uso, concentración, tiempo de actuación y temperatura de los detergentes.
Por otro lado, conviene tener presente que los microorganismos tienen una capacidad de adaptación que, con el tiempo, les confiere resistencia a los químicos que podamos utilizar sobre ellos. Para evitar esto, lo mejor es alternar diferentes productos de desinfección cada cierto tiempo.
Esterilización
La esterilización es la completa eliminación de todos los microorganismos presentes en un objeto o superficie. Mientras que la desinfección destruye parte de la vida microbiana, la esterilización, al ser el nivel más exhaustivo de la limpieza, la elimina al completo. En consecuencia, la esterilización lleva más tiempo que la desinfección.
La esterilización es un proceso de limpieza especialmente importante en entornos con alto riesgo de contagio o alta presencia de patógenos, como los hospitales. Al ser la aplicación de calor directo uno de los métodos más efectivos de esterilización, la mayor parte del instrumental médico es resistente al calor. Una vez esterilizado, un objeto debe guardarse en un lugar limpio, seco y libre de polvo, y debe mantenerse con el envoltorio íntegro.
Como se ha visto, a excepción de entornos con necesidades más especiales como los hospitales, el tipo de limpieza que se suele realizar con más frecuencia consiste en descontaminar y desinfectar, pudiendo distinguir incluso diferentes niveles dentro de la desinfección. El equipo de Aldaba CEE está compuesto por profesionales con los conocimientos adecuados para cualquiera de estas tareas. Consulta nuestros servicios y contacta con nosotros.
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